Soy tuyo.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Recuerdos, recuerdos que no se olvidan, igual que su sonrisa.

Siempre fue ella. Me conocía su cuarto mejor que mi propia casa. Me sabía cada uno de sus lunares a la perfección. No podía quitarme de la cabeza aquella sonrisa, esa que me tenía loco. Tenía su nombre escrito en cada página de mi cuaderno. Ella era ese clavo que no lograba salir. Cada canción que escuchaba llevaba su nombre. Y esos ojos, esos ojos que me tenían loco, que me llevaban a la locura cada vez que me miraba. Ella fue mi primer amor, el que te marca. El que no se olvida ni con los años ni con los daños. Ella era de esas que tenías ganas de verla cada día, con la que jamás te cansarías de la rutina. Ella me gustaba mucho más que un Viernes por la tarde. Tenía una manera de enamorarme que ninguna otra había conseguido. Tenía unos labios que cualquier tío estaba deseando besar. Y yo, yo era el tonto que se moría por su sonrisa. Con ella tenía ganas de recorrerme cada calle de París, y acabar besándonos en la Torre Eiffel. Y cuando ella se fue, estaba jodido, estaba acabado. Más en ruinas que Roma. Estando con ella podía presumir de chica. Con ella no entendía de finales. Pero sí de comienzos. Con ella las únicas lágrimas que había eran de felicidad, de haberla encontrado por fin. Con ella quería comerme el mundo, empezando por su sonrisa. Ella era el tema favorito de conversación cada vez que hablaba con mis amigos. Con ella no tenía fecha, ya que todos los días eran especiales a su lado. Los Domingos me dedicaba a echarla de menos con la esperanza de verla el Lunes. Y así, empezar la semana con buen pie. Ella era la única que podía romperme, pero también la única que podía unir los pedazos. Y esa manera suya de besarme en el momento exacto, de abrazarme en el momento justo. Nos queríamos tanto, que hasta Romeo y Julieta tenían envidia de nosotros. Y es que ella y yo hicimos historia, aunque nadie fuera a estudiarnos. Y esa curva, esa curva de su sonrisa en la que me mataba cada dos por tres. Hasta los Lunes me parecían geniales si tenía un '' buenos días '' suyo. Tenía su voz grabada en mi cabeza, como una canción que no paraba de repetirse. La única herida que tenía era la que ella me dejaba cada vez que me mordía, y eso, eso me gustaba. Yo a ella la llamaba pequeña, aunque para mí siempre ha sido lo más grande. Tenía esa manía de sonreír cada vez que alguien pronunciaba su nombre. Siempre dejaba la ventana abierta, por si algún día decidía volver. Tenía esa manía de enamorarme hasta de sus defectos. Yo jamás pude pasar de página, ni cambiar de libro, porque siempre aparecía ella. Ella era de esas a las que podría esperar toda la vida. Con ella jamás existía el sueño, ni tampoco las malas noches. Y cuando ella me dijo que se iba, que lo nuestro se acababa, se me vino el mundo encima. Y ya no estaba ella para sostenerlo conmigo. Me sabía de memoria cada uno de sus gestos, hasta ese que ponía cada vez que se cabreaba que me encantaba.Con ella quería pasar los 365 días de cada año, con sus cuatro estaciones y sus 12 meses. Y es que, para este soldado, ella fue mi mejor conquista. Y cada vez que ella decía que no se gustaba, que se veía gorda, allí estaba yo para callarla con un beso. Pasábamos las tardes juntos, las mañanas nos dedicábamos a contar las horas que quedaban para vernos. Yo no decía que la echaba de menos, yo me presentaba en su casa diciéndola: '' ¿Preparada para una gran tarde? '' Y yo, desde que la vi, sabía que iba a ser la chica de mi vida. Sabía como hacerme reír en el momento justo, cuando ya no podía más, allí estaba ella con su sonrisa que movía mundos. Cada día con ella era una razón por la que sonreír. Y desde el primer momento supe que la quería, que era de esas que no se olvidaban, de esos amores únicos en la vida. Ella era el '' ¿por qué sonríes tanto? '' de mis padres. Ella era jodidamente preciosa hasta recién levantada, enferma o sin maquillar. Ella me rompió el corazón, yo sin embargo le rompí la cara al subnormal que le rompió el corazón a ella. Cada canción de amor venía con su nombre entre líneas. Ella era más bonita que una Navidad en París. Ella, simplemente, era la chica de mi vida.

martes, 27 de noviembre de 2012

Aquí quien dibuja, eres tú.



Se me ocurre pensar que tal vez las cosas no sean tan fáciles como parece. La mayor parte del tiempo no tienes ni idea de cómo ni por qué se unen los hilos, pero no pasa nada. Haces algo bueno y algo malo ocurre en consecuencia. Haces algo malo y ocurre algo bueno. Te quedas de brazos cruzados y todo estalla. Y en ocasiones, muy de vez en cuando, por algún milagro del azar y la coincidencia, tienes la oportunidad de hacer justamente lo que hay que hacer. Porque normalmente en eso consiste la vida, en una cadena de sucesos que ocurren simultáneamente, sin que te des cuenta, pero que poco a poco van dibujando tu camino. Y en realidad el que lo dibuja eres tú, aunque no te percates de ello.

Por una vida juntos.




Quiero que hagamos planes, que deshagamos los antiguos. ¿Tienes algo que hacer en los próximos 100 años? Porque te voy a llevar la agenda. Los días impares te los dejo libres, para que te dé tiempo a echarme de menos y yo no pueda echarte de más. Los domingos cenaremos a las 11 de la mañana y dedicaremos el día a inventar nuevas formas de querernos, que la de querernos eternos ya la tengo muy gastada. Me harás alunizar a la hora de la siesta, te haré despertar a las 9 de la noche. Únicamente para abrazarte muy fuerte. Siempre pensé que quien se quiere los domingos es para siempre. ¿Te apetece? Porque no te preocupes que a esta vida invito yo.

¿Y tú, crees?



- Tío, ¿tú crees en los amores a distancia? + Yo estuve en la piel de un amor a distancia. Y sé que es duro, tener lejos a la persona que quieres tener cerca, de querer comértela a besos y achucharla a abrazos y no poder, por los malditos kilómetros que os separan, pero eso no es excusa, porque si os queréis sabéis que por mucho que no estéis cerca el uno del otro siempre os vais a tener ahí, estando lejos pero sintiendos cerca, y es lo bonito, mucha gente habla de que no puedes enamorarte de una persona que no has visto en la vida, y es mentira, quién dice que no se puede enamorar de su voz, de su cara, de su sonrisa, de su forma de ser, ¿quién? Que nunca unos malditos kilómetros logren separaros porque si os queréis estaréis juntos, si el destino os ha hecho conoceros y enamoraros, ¿por qué no a estar juntos? Sólo puedo decirte que luches cada día por mantener a esa persona siempre contigo, que no la pierdas, que la cuides, que la valores, que no seas gilipollas de arrepetirte y darte cuenta de que es lo mejor que te ha podido pasar en la vida cuando ya sea tarde. Porque, ¿sabes algo? Después de esperar tanto, llega ese día, el día en que os veis, en el que todo sale bien y en el que estáis juntos, sin depender de una maldita pantalla de ordenador para hablar, os teneis cara a cara, mirandos a los ojos, podéis comeros a besos, abrazaros, porque os lo mereceis, os quereis, la distancia no ha podido, ni con él ni contigo, así que lucha, que la distancia, no importa, pero sí la persona que te espera tras ella. Lucha antes de que sea tarde y cierre la ventana porque no está dispuesta a esperarte más. Distancia, no vas a volver a joder ninguna relación más, lo prometo.¿Acaso pudo con esta?



lunes, 26 de noviembre de 2012

Ni me olvidas ni te olvido.

- ¿La quisiste? + Estuve con ella, ¡claro que la quise! - Y después de que todo acabó, ¿la sigues queriendo? + Aunque a veces me cueste aceptarlo, sí, la sigo queriendo. - ¿Y por qué no luchaste, por qué no hiciste algo para volver con ella? + ¿De qué me hubiera servido? Si yo sabía que a pesar de quererla lo nuestro ya no podía ser, sí, a veces intentamos e intentamos aún sabiendo de que era inútil y llegamos a ese punto en el que nos dimos cuenta de que ya era suficiente, está de más decir que la amé, que lo que viví con ella fue perfecto y que como se lo prometí más de una vez, '' no la voy a olvidar nunca '', y quizás ella hoy me odie. Quizás todos sus amigos y amigas me odien porque piensan que fui un tonto que nunca la quiso y todas esas estupideces que dicen las personas. Pero nadie sabe lo mal que lo pasé yo por ella. Nadie tiene ni la menor idea de las sonrisas que me sacaba con el simple hecho de que me hablara por chat. Y puede ser que sí me haya equivocado, que algunas cosas las haya hecho mal, pero la quería y eso se lo puedo discutir a quien sea. Por un tiempo intenté fingir que no me importaba, que ella era libre de hacer su vida y yo la mía, por un tiempo creí haber superado todo lo vivido. Hasta que la vi, la vi riendo con sus amigas, la vi feliz. Y entendí que por más que pase el tiempo, nunca dejaré de quererla. Nunca podré olvidarla completamente. Y hoy que ya pasó un tiempo, que ya crecí bastante, puedo decir que la amé, que fui el hombre más estúpido del mundo por haberla perdido, que quizás la tenía que haber remado un poco más. Y el querernos tanto nos hizo demasiado daño. Por éso la dejé ir... - ¿Crees que ella ahora está con alguien que realmente lo merezca? + No sé si la persona con la cual está lo merece... ¿quién soy yo para decirte eso? La hice sufrir tantas veces que sería un idiota si opinara respecto a su relación. Pero a la persona con la cual está ahora, sólo le pido que la cuide, que la ame, que la respete, que no la haga sufrir, que la saque tres sonrisas por cada lágrima que yo le saqué. Y si ese hombre es capaz de hacer eso, si esa persona puede hacerla feliz, y amarla al menos la mitad de lo que la amé yo, tiene todo mi respeto y de corazón y con lágrimas en los ojos puedo desearles lo mejor.