Soy tuyo.

sábado, 19 de enero de 2013

Son sólo tres palabras: Échame de menos.

Ya ni siquiera esperaba esperar que alguien me esperara. Pero yo... te esperaba a ti. Esperaba por lo menos una sonrisa al despertar. Porque al despertar lo único que necesitaba era tu luz. Y al Sol que le jodan. Esperaba que fueras el lugar donde no me caería. Y usar tu clavícula como punto de apoyo. Pero... 'para siempre' no dura tanto como me esperaba. Y las promesas no son tan fuertes como parecen. Nada es lo que parece. Esperaba que fueras mi punto de partida. Y el punto final de mi historia. Esperar. Esperar. Y esperar. Y, al final, nada llega. Nadie llega para salvarte, para darle un giro de ciento ochenta grados a tu vida. Esperar para que nadie te espere. Esperarte. Esperarnos. Y acabar esperándome. Y acabar pensándote, porque es la única forma de tenerte. Ni yo me llegaba a imaginar que tendría los cojones a decirte que no, que ya basta. A escribir una de esas cartas de despedida, que tienen de todo menos despedidas, pero que tienen sobre todo, finales con puntos suspensivos. Espero que entendieras mis 'hasta luego' porque ni yo sé si volveré. Y espero que entiendas mis últimas palabras, las que te tienes que grabar en tus jodidas pupilas por las que mataría.

Acuérdate. Tres palabras.


ÉCHAME DE MENOS.

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