Quizá pienses que te fallé, y tengas la necesidad de irte, de caminar
cabizbaja, sin mirar atrás, y contener las lágrimas en tus ojos. Y quizá
volvamos algún día a darnos una segunda oportunidad, cuando el tiempo
nos haya borrado un poco los errores, y queramos rescatar todo lo bueno
que algún día compartimos. Ni idea. No sé si veremos más amaneceres
juntos. Ojalá. Ojalá en la vida las cosas saliesen como queremos, y no
como deciden las circunstancias.
Y, hasta entonces, que te vaya bien. Que seas feliz, estés donde estés,
dentro de algún tiempo, cuando siga recordándote al mirar los trozos de
ti que has dejado en todo lo mío, el color de tus ojos o de tu pelo,
que impregnarán mis recuerdos. Sonreiré al mirar por la ventana, con
esa nostalgia prendida en la mirada, y quizá me quede algunos minutos
imaginando que vuelves una noche estrellada de verano, y que me abrazas como nunca antes se ha abrazado nadie.
Y, hasta entonces, déjate arrastrar. No mires atrás, que no se te ha
caído nada que no puedas recuperar con cualquier otro, sólo unos
sentimientos carcomidos por el orgullo y la pasión acelerada;
sentimientos que ya recogeré yo cuando tenga fuerzas de levantarme de
estas ganas de nada que han quedado.
Escribo estas palabras mientras suena "They don´t know about us'' de One Direction, esos genios que vienen a visitarme algunas
noches solitarias, cuando fantaseo con correr más rápido que los
problemas, retroceder en el tiempo y abrazarte por la espalda, mientras
te digo al oído que te quedes un rato más, sólo toda una vida, un para
siempre, de esos que terminan cumpliéndose.
Y, hasta entonces, recuérdame de vez en cuando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario