Soy tuyo.

sábado, 11 de mayo de 2013

Olvidemos todo el daño que nos hemos hecho por no estar juntos, total, te quiero como si no hubieses dolido nunca.



Hola, preciosa, ¿todo bien?


Hoy como siempre me he acordado de ti. Creo que aún sigo esperando que aparezcas de repente y me des un abrazo, y me hagas entrar en calor, y que luego me digas al oído, muy bajito, cosas que sólo a ti y a mí nos importan. Pero algo me dice que no vas a aparecer, y que, otra vez, voy a quedarme con las ganas de que seamos algo juntos, como no hace mucho tiempos éramos. ¿Recuerdas? No, mejor no recuerdes, yo lo hago y duele bastante.


La verdad, si me preguntas, no sé muy bien qué hago aquí, dedicándote estas palabras que no vas a venir a leer. Y, de leerlas, que no vas a responder. Me gusta suponer que estoy a punto de olvidarte, y que pronto nos vamos a ir todos y que mañana nada de esto tendrá sentido. Pero sigue siendo una suposición, y ya sabes que las mías raramente se cumplen.


Por cierto, ya me he enterado de que estás siendo feliz con otro y, por una parte, me alegro; pero luego hay una parte que no se alegra demasiado. Hablo de esa parte a la que le hubiese gustado que ese con quien estás siendo feliz hubiese sido yo. Ya sabes que siempre quise que encontrases en mí todo lo que buscabas, pero no pudo ser, ¿qué vamos a hacerle? Supongo que estas cosas pasan.


Y, sí, vuelvo a llorar cuando nadie mira. Vuelvo a desconocerme en el reflejo de los espejos. Vuelvo a la mala costumbre de echarte de menos por las noches. Y también vuelvo a drogarme con el pasado: esa sustancia tóxica que siempre termina jodiéndolo todo. Al parecer, el día que enseñaron a pasar página no fui a clase. Y, hablando de pasar página, creo que ya lo único que ayudaría sería quemar el libro. ¿Tienes mechero?, espero que sí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario